Rostro frágil, adolescente.
De mirada perdida en el interior de ti misma.
no deseas mirar lo que te rodea,
siempre ausente de todo, sin parpadear,
haciendo de vigía,
a la espera...
Tus ropas me dicen
que pertenecías a otro siglo ya pasado.
Ropajes largos, encajes en los filos rematados,
el medallón que te cuelga,
símbolo de tu cuna altanera,
el tocado, oculta tu melena
y aun así, diría que del color del trigo era.
Rostro pequeño, perfecto.
Nariz dibujada sobre los labios,
los labios...esos labios que quedaron cerrados
en medio de una palabra
que no te atreves a pronunciarla.
Quizás un suspiro...
Y tu mirada...
Mirada perdida
en el abismo de tus pensamientos,
mirando sin ver nada.
Deseando olvidar lo que te rodea,
lo que ves cada día, sin cambiar nada,
no mas que los matojos que ante ti crecen
y casi te ocultan de miradas.
Siglos llevas allí de vigía,
estatua...
Estatua gris y fría
en ti se vislumbra la vida
donde los que te acompañaron ya la perdieron,
tu guardas sus tormentos y sus risas.
Tu que vigilas el sueño de quien te creo un día.
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